En los tiempos que corren somos muchos los que nos vemos obligados a pedir ayuda. Al vernos obligados a ello experimentamos una serie de sensaciones, para la mayoría desagradables. Es porque hemos interiorizado que pedir ayuda significa ser un perdedor, una persona que no es capaz de sostenerse por si sola, alguien que no es merecedor de respeto y por lo tanto un lastre para la sociedad en su conjunto.
Ahora nos gustaría invitaros a que viéseis este vídeo y recapacitarais sobre lo anteriormente expuesto.
¿Que pasaría si extrapolaramos el concepto de este vídeo a nuestra politica o nuestro trabajo?
Pues nos daríamos cuenta de como funciona el mundo y seriamos conscientes de que lo que parece imposible o inalcanzable no lo es tanto. Que simplemente hemos estado andando por el camino equivocado y necesitamos reformular muchas de las preguntas que nos hemos venido haciendo hasta ahora.
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